domingo, 28 de noviembre de 2010

Carlitos, o la tradición del lomito-estafa en BS AS (0/10)

Le tocó a Carlitos. Pero le podría tocar a cualquiera de estos seudo restaurantes porteños de 200 y pico cubiertos, con una carta focalisada sobre los lomitos, las pizzas y los panqueques.

Entonces quiero precisar unas cosas antes de empezar la masacre. Carlitos no es ni mejor ni peor que los demás. Es lo mismo. Un poco más caro que muchos por la ubicación avenida del Libertador al 6172 (tengo entendido que tienen otros locales, el horror se extiende) entre el Barrio Chino y el bajo Belgrano.

También quiero aclarar que fui a comer ahí (en realidad a pedir para llevar porque ni loco me siento en un lugar tan espantoso), por lo cual tengo que asumir la plena responsabilidad de mi acto de compra. Es más : de vez en cuando, está lindo comer un lomito de estos. Siempre te roban, siempre está feo, pero qué sé yo. Es como Mac Donald’s. Es una porquería pero una vez al mes, o más, se viene un no sé qué te da las ganas de bancartelo en lugar de ir en un restaurante de verdad. La calidad cansa a veces. Es como el cine : no se puede convivir siempre con Pasolini, Bergman o Kurosawa, y tiene que surgir en algún momento las ganas de mirar a Sam Worthington o Jason Statham salvando el mundo o piloteando un bolido en el sentido contrario de una autopista californiana (ahí el director importa mucho menos, claro).

Vuelvamos a Carlitos. Seré directo : $75 para dos lomitos, ni siquiera completos (lechuga, tomate, queso) y una botella de 1,5L de gaseosa. Nada de papas fritas, o de postre.

¿Estaba rico ? Lo de siempre : el pan industrial tradicional, la carne finita, la lechuga cansada, el tomate discreto y el queso gomoso. ¿Algo de salsa ? No, condimentarás con los sobrecitos de mayonesa o ketchup que te tiran en la bolsa.

¿El lugar está lindo ? Para nada, tiene esta luz agresiva tipo comedor de hospital, asientos bien feos y duros, la pantalla gigante para ver futbol, los mozos vestidos como payasos con el pantalón negro a rayas rojas y el gorro ridículo. La decoración, la onda, la ambitentación, no existen. La cocina, a la vista (¿porqué ? La deberían esconder), no tiene nada de cocina. Ahí, dos tipos corren para preparar, es decir calentar, aquellos panqueques cubertios de salsa trucha de chocolate, estos lomitos industriales, estas papas fritas congeladas, etc.

Las ganancias son tremendas : a los comensales, les dan de comer mierda con poco personal, y facturan lo que se suele pagar en un restaurante digno de llamarse restaurante (cocineros que cocinan, mozos que atienden, comida real y no quimica virtual...).

El tema es que está lleno. O casí. En la zona, tenés miles de opciones para comer mejor. Y más barato. Y no tendrás que esperar tanto para que te atiendan. ¿Entonces ? Entonces ahí está la maldita fiaca de la sencillez. El lomito. Las papas fritas. El gusto artificial. Estamos acostumbrados. Adictos. Entonces lo compramos y caro.

Creo que hay que tomar conciencia de esto y pelearnos. Comer en Carlitos, o en cualquiera de estos lugares iguales, es darle la razón a emprededores del rubro gastronómico sin verguenza. Hoy en día esta gente tiene más éxito que los pobres tipos que buscan ofrecer calidad y platos que valen lo que se cobra. No es normal. No es justo. Un lugar como Carlitos es un insulto para todas las personas que van a comer ahí. Nos tratan como si fueramos imbeciles. E imbeciles, somos ya que vamos.

Como consecuencia, les dejo una recomendación, que trataré de aplicar las próximas veces que se me vendrán las ganas de comer este tipo de lomito. Hay que responder a una sencilla pregunta, antes de empujar las puertas de semejante lugar : ¿realmente, no hay otra cosa ?

PD : un precisión no tan importante en el fondo, pero la quiero hacer igual : la atención en Carlitos es apurada, formatada por el sistema informatico, pero me tocó camareros amables. O sea, hasta en los peores lugares uno se puede encontrar con gente que tiene compromiso.

Carlitos
La dirección ya la dí, el teléfono no lo dejaré (los interesados masoquistas lo buscarán en la web)
Tipo de comida:
Precio: carísimo. De todas maneras, cuando no está rico, siempre es demasiado caro.
Mi recomendación: ¡no vayan! Si lo que se quiere es comer un lomito lamentable, hay toneladas de lugares más baratos...

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