martes, 23 de noviembre de 2010

Restó (6/10)

Este establecimiento  me dio un poco de pena... Tantos esfuerzos para darle “categoría” al lugar. El tono de los camareros. El tipo de menú. El sommelier que viene con su vasito para catar discretamente el vino como si estuviésemos cenando en la Tour d’Argent.

Es un poco too much para este tipo de restaurante que debería, por sus características, acercarse a la gente y no alejarse con códigos que pertenecen al otro mundo de los palacios *****. Porque Restó tiene todo para ser un lugar...no diría popular para no exagerar, pero bien para salir de vez en cuando. No es taaaaan caro (110$ un menú de tres pasos), el lugar es chico, la ambientación no tiene solemnidad. Obviamente con sus veintipico mesas negras de bodegón no juegan en la misma cancha que la Bourgogne o Tomo I pero justamente: ahí tenemos un restaurante en donde sería muy agradable sentarse, lo más frecuentemente posible, para comer algo un poco elaborado sin molestarse con la presión del protocolo. Donde la gente que no conoce este tipo de comida (centolla, codorniz rellena, “brioche perdue” de postre) podría entrar sin sentirse incomoda. Pero no. El protocolo está. Y aquí no sirve de nada.

¿La comida? Rica, hay cocineros formados ahí. Es comida de escuela, bien clásica: la carne o el pescado con sus dos guarniciones y su salsa. El coulant de chocolate de Michel Bras de postre (fecha de creación: 1982 si bien me recuerdo).

Pero está bien. Hay ideas y envidia de este lado, a veces un poco incoherentes los platos (entrada de centolla con papas mal definida por ejemplo) pero tratan de entregar algo propio y lo logran. Para mi gusto, miran un poco demasiado por encima del océano, hacia Europa. Las codornices por ejemplo. Ya sé que se cocinan mucho allá en los lugares top (y también en lugares menos top), pero en Argentina no tiene mucho sentido. Es un producto limitado, dificil de conseguir fresco, y hasta cuando lo es, no se luce.  

Carta de vinos interesante pero cara: faltan buenas opciones accesibles para los que no quieren (o pueden) meter 100 mangos o más en una botella. Otra vez la soberbia social.

¿Vale la pena ir? Sí. Pero bien acompañado, e ignorando maravillosamente el marco y el ámbito. La nota es severa pero la puntuación no tanto, ya que hay que reconocer la calidad general, más que respetable, del trabajo de los cocineros de Restó.

Restó (Sociedad Central de Arquitectos)
Montevideo 938 - Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Tel: 4816-6711
Tipo de comida: ¿De autor? Dejense de joder. Son cocineros chicos...
Precio: carito, contar alrededor de $350 para 2 personas (cena), con vino. De acuerdo a lo que se come.
Mi recomendación: ir al mediodía, se supone que es más barato, y quizás se escaparán más facilmente de la onda un poco snob.

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